El grupo BMN se someterá el 20 de diciembre a la prueba de fuego de la
Comisión Europea, que debe aprobar su plan de reestructuración, anunció ayer el
vicepresidente de la UE Joaquín Almunia. Una delegación de la entidad que
preside Carlos Egea viajará a Bruselas para explicar el programa con el que
debe cumplir las exigencias marcadas en las pruebas de resistencia: unas
necesidades de capital adicional de 2.208 millones de euros que ya ha empezado
a afrontar BMN. Ayer le tocó el turno a los bancos nacionalizados, y antes de
Navidad el Colegio de Comisarios decidirá sobre los del Grupo 2 que necesitarán
ayudas públicas: BMN, Liberbank, Caja 3 y CEISS.
La banco liderado por Cajamurcia está convencido de que cumplirá los
requisitos y de que Bruselas no le impondrá nuevos deberes ni recortes, puesto
que lleva un largo camino recorrido con las medidas de reestructuración y de
regulación laboral que puso en marcha cuando BMN inició su andadura hace dos
años. La dieta de adelgazamiento ya la está aplicando. Por este motivo, el
tratamiento para BMN y Liberbank debe ser distinto al recorte impuesto a los
'nacionalizados' (Bankia, Novagalicia, CatalunyaCaixa y Banco de Valencia),
cuyos activos se reducirán en un 60%, perderán tamaño, no podrán tocar el
ladrillo y sufrirán una importante reducción de plantilla. Además, quedarán
recluidos en sus territorios históricos, por lo que habrá que valorar en su
momento cómo afectará al escenario financiero de la Región de Murcia, donde
todos tienen presencia en mayor o menor medida, sobre todo Bankia y Banco de
Valencia.
El mapa bancario español «se va despejando» a marchas forzadas, comentan
fuentes del sector. Caja 3 está ultimando su fusión con Ibercaja; mientras que
Banco de Valencia ha sido adjudicado a La Caixa por 1 euro, y con un fuerte
programa de protección de 4.500 millones de euros en fondos públicos. Una
operación que guarda ciertas similitudes con la de Sabadell y CAM de hace un
año. Antes del verano, BMN mostró su interés por el Banco de Valencia, después
de que el segundo fuera intervenido por el FROB. Ahora, nadie quiere mirar hacia
atrás. Sabadell, a su vez, apuesta por CatalunyaCaixa, aunque los candidatos
tendrán que esperar al año que viene. Este 'baile' reducirá el número de
entidades en un proceso de auto regulación del sector.
BMN y Banco Sabadell están ultimando la operación para traspasar a este
último el negocio de Caixa Penedés en Cataluña y Aragón. Esta transferencia
está dentro del plan de reestructuración y es una pieza fundamental del mismo,
ya que permitirá al grupo que dirige Carlos Egea reducir en 600 millones de
euros sus necesidades de capital. Junto con esto, traspasará al 'banco malo'
(al Sareb) una parte de sus activos vinculados al sector inmobiliario. De esta
forma, BMN reducirá su balance y el déficit de capital disminuirá notablemente.
Sumando la venta de participadas y otras medidas de racionalización, la entidad
calcula que necesitará al final 400 millones de euros para cumplir con el test
de resistencia. Los captará pidiendo 'cocos' al Estado (bonos convertibles)
para devolverlos en un plazo de cinco años. Todo irá en el paquete que debe
examinar la Comisión Europea. En teoría, nada debe fallar.
Reducción del Consejo
El Consejo de Administración de BMN ha reducido sus miembros de diez a
siete, tal y como acordó su Junta General de Accionistas, informó la entidad a
la CNMV. El órgano rector de Cajamurcia, Caixa Penedès, CajaGranada y Sa Nostra
ha aceptado las renuncias de Ignacio Ezquiaga Domínguez, José Manuel Jódar
Martínez, Luis González Ruiz y Albert Vancells Noguer como miembros de su
Comisión Ejecutiva. También la de Fernando Alzamora Carbonell como vocal y
secretario. Se han aprobado los nombramientos de Miguel Ángel Cabello Jurado
como secretario del consejo y de la Comisión Ejecutiva y de Joaquín Cánovas
Páez como miembro de la Comisión Ejecutiva.
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