La decisión que tomaron ayer los grupos financieros Liberbank e
Ibercaja de proceder a su fusión y crear así la séptima entidad financiera
española por volumen de activos, por valor de 114.000 millones de euros, ha
reducido de forma más que considerable las opciones que se le presentan al grupo
Banco Mare Nostrum (BMN), del que participa CajaGranada, para encontrar
compañero de viaje. Todas las fuentes consultadas dan por hecho que BMN ha
descartado seguir su camino en solitario y la tarea más inmediata de su cúpula
es encontrar la mejor alianza posible.
Una vez que los consejos de administración de las dos primeras
entidades citadas ratificasen la decisión de integración, el mapa de grupos
medianos –con un valor de sus activos por debajo de los 100.000 millones de
euros– ha quedado con muy pocos logotipos disponibles: Unicaja, Kutxa Bank,
Bankinter y el propio BMN. Quedan al margen Catalunya Caixa y NovaGalicia Banco
por encontrarse en procesos de subasta.
Pues bien, BMN, a fecha de ayer y pendiente de las resoluciones de
su consejo de administración, mantiene con firmeza su interés por llegar a un
acuerdo de integración con la malagueña Unicaja, que preside Braulio Medel. Así
lo dio a conocer este periódico el pasado jueves –desmintiendo otras
informaciones que le vinculaban con Liberbank en una operación que daban por
hecha– y así se lo ratificaron ayer fuentes próximas al grupo bancario y de toda
solvencia. «Hoy por hoy es la mejor opción para nosotros, pero hay que tener en
cuenta que en una negociación a dos la otra parte tiene que estar convencida de
que también es lo mejor para ella para poder llegara a un acuerdo», afirmaba una
de las fuentes consultadas.
Postura de
Unicaja
El problema es que el calendario aprieta. El Banco de España ha
urgido a todas las entidades financieras
que pretenden llevar a cabo procesos de
fusión a que presenten sus proyectos antes del próximo 30 de junio. Queda un mes
y no hay margen para demorar los contactos.
Ante este panorama, ¿qué opina Unicaja? Pues ni que sí ni que no,
sino todo lo contrario. Desde fuentes próximas a la entidad malagueña se valora
a BMN como posible aliado para un proceso de fusión, también su interés en el
mismo, pero acto seguido se puntualiza que no hay decisión alguna al respecto.
«A Unicaja no le urge ningún proceso de integración, porque cumple con el nivel
de aprovisionamiento que exige el Banco de España y goza de una fuerte
solvencia», indica una de las fuentes consultadas por este periódico.
Si echamos mano de los datos sobre riesgo inmobiliario de la
entidad malagueña, a cierre del pasado ejercicio, podemos comprobar
efectivamente, como su exposición inmobiliaria potencialmente problemática no es
abultada. El total de la misma alcanzó los 3.213 millones de euros. Olo que es
lo mismo, un moderado 15,2% sobre la inversión crediticia. Casi punto y medio
menos que BMN. Sin embargo, sus provisiones específicas para la cobertura de ese
riesgo que supone el ladrillo, alcanzaba al terminar 2011 el 34% mientras que en
el caso del BMN era siete puntos mayor, del 41%. El mejor de todo el sistema
financiero nacional.
Los datos de Unicaja referidos son propios y no contemplan a los de
su socio Caja Duero-España (Grupo Ceiss). Y es precisamente este proceso de
integración de la entidad andaluza con la castellano-leonesa, otro factor a
tomar en consideración. Los presidentes de las dos empresas, Braulio Medel y
Evaristo del Canto, mantuvieron una reunión con el presidente de la comunidad
autónoma, Juan Vicente Herrera, el pasado lunes en Valladolid. Tras la misma
dejaron claro que su integración no tiene marcha atrás y que el calendario de
ambas entidades les llevará a que en otoño tengan cerrada la misma.
Cabe deducir del pronunciamiento de Medel en el sentido de que el
proceso de fusión con Caja España-Duero está encarrilado y debe cumplir la
tramitación necesaria, que esta es la prioridad para Unicaja en estos momentos.
BMN tendrá que jugar muy bien sus cartas para convencer a Medel de que una nueva
fusión es beneficiosa para sus intereses, pues el grupo que surgiría de la misma
ya tendría un tamaño más que considerable –con 147.000 millones de euros en
activos, a cierre del pasado ejercicio– y se situaría como el séptimo en el
ranking nacional atendiendo a ese criterio.
La otra opción
La otra opción que tiene BMN en caso de que la integración con
Unicaja-Ceiss no fuera posible, es la de las cajas vascas –BBK, Caja Vital y
Kutxa–, que están agrupadas en el grupo Kutxa Bank. Su volumen de activos,
también al cierre del pasado ejercicio, sumaba un total de 74.000 millones de
euros. Este grupo, saneado donde los haya, goza también de una fuerte solvencia
y otra ventaja de cara a una posible alianza con BMN, el poco solapamiento
territorial aunque su crecimiento le haya llevado a implantar su marca también
en Andalucía, Cataluña, Baleares y Comunidad de Valencia.
Algunas de las ratios de los integrantes de este grupo también son
destacables. Así, BBK cerró 2011 con una exposición al crédito promotor de 3.222
millones de euros, un 10,6% sobre el total de la inversión crediticia. Su
provisiones específicas alcanzaron los 1.471 millones, con un 39% de cobertura.
Algo parecido se puede decir de la Kutxa. Terminen como terminen las
conversaciones para encontrar socio, lo cierto es que la preferencia que tenía
la subasta del Banco de Valencia en sus planes inmediatos parece que ya no es
tal. Entre otras cosas porque a las fechas en que estamos aún no se ha aclarado
su saneamiento y liquidez por parte del Banco de España